domingo, 8 de junio de 2014

La depresión no es el final.

No es sencillo superar algunas situaciones en la vida, pero uno de sus aspectos más interesantes es la cantidad de experiencias que acumulamos en ella día a día. Para bien o para mal, lo retenemos todo, y todo nos moldea y nos hace diferentes de algún modo. Pero también seleccionamos lo bueno de lo malo en ciertos momentos y empleamos esa “clasificación de experiencias” como combustible para enfrentarnos a algunas situaciones en específico. Por ejemplo, recordamos una salida con amigos cuando uno de ellos está de viaje para extrañarlo menos, o pensamos en una conversación especial con un familiar que ya no está si nos sentimos nostálgicos. Y casi siempre funciona.
Paris Jackson atravesó un fuerte cuadro de
depresión tras la muerte de su padre, el
legendario Rey del Pop.
Sin embargo, para algunos realizar este proceso resulta más complejo que para el resto, por lo que esa energía proporcionada por la mente se distorsiona, al punto de utilizar los recursos equivocados en situaciones erróneas también. Esta desviación es conocida como depresión, y cuando llega, no lo hace sola. Mayormente, cuando nos vemos expuestos a muchos hechos desagradables, tendemos a pensar que las cosas siempre juegan o jugarán en contra nuestra, y que ya no podemos hacer nada al respecto. De cierta forma nos acostumbramos a lo malo y sólo recordamos las situaciones negativas en las que nos hemos visto expuestos pues estamos más propensos a relacionarlas con nuestro entorno actual y nos hacen sentir “comprendidos” en cierta medida. Asimismo, tendemos a neutralizar los recuerdos de situaciones positivas pasadas porque, inconscientemente, no las asociamos a cómo nos sentimos en ese momento, lo que ocasiona que parezca que no hay salida una vez dentro de este transtorno.
Pero ¿cómo sabemos cuándo alguien padece de depresión?
Al ser un problema originado en nuestro cerebro, éste enviará señales de debilitamiento y agotamiento al resto del cuerpo que pueden ser fácilmente reconocibles por cualquiera (esto incluye al comportamiento también). Podemos tomar algunos test online para comprobarlo, pero lo más seguro es verificar algunos de estos puntos:
  • Pérdida o ganancia abrupta de peso. Comer demasiado o no comer nada en absoluto.
  • Fatiga/cansancio constante.
  • Dolores o malestares: dolores estomacales, retortijones en el estómago (cólicos) y/o problemas digestivos
  • Sentimientos de tristeza o vacío.
  • No poder dormir o dormir mucho.
  • Dificultad para concentrarse o recordar detalles.
  • Pérdida de interés en las actividades favoritas.
  • Sentimientos de desesperanza, irritabilidad, ansiedad o culpa
  • Pensamientos suicidas (notar autolesiones en el cuerpo).
El siguiente paso después de la detección de este trastorno, es el tratamiento inmediato para erradicarlo. Visitar a un médico es fundamental para conseguirlo, aunque a veces creamos que no entenderá la complejidad de nuestros problemas. Créeme: son especialistas y siempre están preparados para todo. Y si uno no escucha, hay miles más de ellos esperando por oírte, ¡no estás sólo!
Él o ella te hará un examen o pruebas de laboratorio para descartar otras condiciones médicas que pueden tener los mismos síntomas de la depresión. También crearán un historial completo con tus síntomas, por ejemplo, cuándo comenzaron, cuánto han durado y cuán graves son. También deben saber si los síntomas han ocurrido antes, y de ser así, cómo se los trató. Asimismo, deben preguntarte si existen antecedentes de depresión en tu familia.
Los medicamentos llamados antidepresivos pueden ser buenos para tratar la depresión. Puede ser necesario tomarlos durante varias semanas para notar su efecto. Pero hay un antidepresivo realmente efectivo con mayor margen de ayuda que cualquier prescripción médica. Es la confianza, y ésta sólo se presenta cuando dejas de creer que estás solo/a. Porque nunca lo estás. Aún si tu familia no está contigo, o no tienes amigos  a quienes recurrir, hay algo realmente importante por lo que luchar contra los malos momentos, y es tu futuro: porque todo estará bien al final. Si las cosas no están bien ahora, no es el final.

1 comentario: