Pocas cosas quizás son tan universales como mencionar el
nombre “Harry Potter” para sentir que entramos a un tema del que todos
conocemos aunque sea un poco. Pero, como toda historia, siempre hay pedazos que
desconocemos, y que, aunque no la alteren en algo, son importantes de tomar en
cuenta.
Uno de ellos tiene que ver con el exprotagonista de la saga
cinematográfica, que durante las grabaciones mantenía un problema constante, el
cual era fallar en repetidas veces en sus diálogos y escenas dejando caer
muchas veces los objetos que llevaba en las manos. Pero eso no era algo
consciente, porque Daniel sufre dispraxia.
Tal vez la hayas escuchado mencionar como el síndrome del niño torpe, y es un trastorno que dificulta realizar ciertas tareas consideradas cotidianas. No obstante, el
protagonista de la saga más taquillera de la historia logró llegar a los
escenarios, donde su problema una vez tratado a tiempo, logró pasar a segundo
plano.
Comúnmente realizamos numerosas actividades de manera
inconsciente, como amarrarnos los pasadores, lavarnos las manos, cepillarnos
los dientes, o cortar un trozo de papel. Y, generalmente, lo hacemos sin problemas, a diferencia de quien sufre
dispraxia, que se traduce en una incapacidad para efectuar movimientos que
exigen cierta coordinación.
Sin embargo, no es un trastorno tan poco común. Actualmente
el 10% de la población en el mundo sufre de ella, según estudios, porcentaje al
cual pertenece el famoso actor .
¿Qué la causa?
Aunque se desconocen sus causas, muchos expertos coinciden
en relacionarla a una cierta lesión cerebral. Asimismo, se distinguen tres
clases principales:
- Verbal. Habla poco fluida con frases cortas y pronunciación incorrecta.
- De construcción. Incapacidad para realizar tareas de organización y orden.
- Ideatoria. Poco manejo de actividades motoras, como abotonarse una camisa o patear una pelota.
En el caso de Daniel Radcliffe, el actor ha revelado que
sufrió mucho como estudiante y reconoció que nunca fue un alumno destacado
debido a su enfermedad. “Por eso me hice actor”, comenta, agregando que aún
ahora en algunos momentos "escribo frases que no se pueden entender”.
La detección temprana de los síntomas de dispraxia (a través de un neurólogo) es vital para comenzar el tratamiento..
La necesidad de contar con apoyo moral.
Aunque hasta ahora Radcliffe no ha revelado cuándo fue
diagnosticado con este mal, recuerda que sus dificultades de coordinación en
la escuela lo hicieron inclinarse por la actuación. Cuando tenía 9 años, su madre
le permitió hacer una audición en la BBC (en Londres, Inglaterra) para
“inyectarle confianza”.
La ayuda a un niño con este problema incluye la mayoría de veces la aplicación de terapias que estimulen la autoestima, aceptándose primero, luego su
trastorno y posteriormente, a aquellos aspectos de sí mismo que han pasado
desapercibidos por centrarse en sus “defectos”.
Siempre es importante también
enfocarse en todas sus habilidades, a fin de fortalecerlas al máximo.
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