O también llamado Mongolismo es un
trastorno genético causado
por la presencia de una copia extra del cromosoma 21 (o
una parte del mismo), en vez de los dos habituales, por ello se denomina
también trisomía del
par 21, para explicarlo de una manera más sencilla, esta enfermedad se da cuando
una persona tiene 47 cromosomas en lugar de los 26 usuales. Su
descubridor John Langdon Haydon Down, indica que los
síntomas de éste síndrome varían de una persona a otra y se pueden ver
afectadas de una manera leve así como grave.
Como puede apreciarse, las personas que padecen este transtorno tienen
una apariencia característica ampliamente reconocida, como es la forma de los
ojos, la malformación del cráneo, la nariz achatada, narices y boca pequeña,
entre otras diferencias morfológicas.
En el
síndrome de Down, el desarrollo físico es usualmente más lento de lo normal y
la mayoría de las personas que lo padecen nunca llegan a su estatura adulta
promedio, ya que la mayoría desarrolla una malformación en la espalda, una
especie de joroba.
Aún no se
conocen las causas al 100% de esta discapacidad mental, pero sí se ha
comprobado que se puede dar un diagnóstico prenatal de este síndrome. El
retraso mental es el signo más característico, sin embargo desde el punto de
vista psicológico los pacientes con este síndrome son personas muy alegres,
obedientes, pueden tener sentido musical y no tienden a ser violentos pero sí
podrían tener un comportamiento impulsivo y un aprendizaje lento.
A medida que
los niños con esta malformación mental
crecen y se vuelven conscientes de las limitaciones que padecen, pueden sentir frustración
e ira o incluso ser víctimas de discriminación, lo que afecta notablemente a su
sensibilidad, debido a que son hipersensibles, lo que puede conllevar a
aumentar sus problemas cardiacos.
Pero,
padecer de síndrome de Down no es una desgracia, como muchos piensan; muchos
jóvenes que sufren de esta malformación genética logran ser muy productivos, y
personas admirables. En muchos países, la participación en programas ayudan
notablemente a estas personas con discapacidad a potenciar y acelerar su
desarrollo para que se incorporen a la sociedad de una manera
productiva.
Si usted tiene un hijo a quien le han diagnosticado síndrome
de Down, es posible que, al recibir la noticia, le dominen los sentimientos de
pérdida, culpa y miedo. El hecho de hablar con otros padres de niños con
síndrome de Down tal vez le ayude a superar la conmoción y la tristeza del
principio y a encontrar formas de mirar hacia el futuro. Muchos padres
comprueban que, si se informan al máximo sobre el síndrome de Down, consiguen
mitigar algunos de sus miedos.
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